GRACIAS




Gracias a todas las personas que forman o han formado parte de mi vida. Cada una ha aportado su pequeño granito de arena. Y ahora todas esas influencias configuran la esencia de mi ser. Soy así por vosotros. Soy así y nadie me va a cambiar. Pero soy así y voy cambiando cada día, modelándome, ajustándome, adaptándome. Así es el vivir. No me arrepiento. Y si me caí..... me he levantado.
YOLANDA

lunes, 18 de abril de 2011

MADRE MIA LO QUE ME ESPERA

Hoy no voy a escribir mucho. Tan solo dejo estas líneas que he leído en otro blog.
 ¿QUÉ OPINÁIS? ¿creeis que son verdad???


Violaine Guéritault establece la lista de los agentes estresantes en la vida de la madre:

• El trabajo materno implica volver a hacer mil veces as mis mas tareas. Tiene que lavar y limpiar. Todo vuelve a estar sucio algunos minutos más tarde, privando a la mujer de ese sentimiento de tarea hecha que da sentido y energía al trabajo.

• Una madre vive numerosas situaciones sobre las que no tiene ningún control. Le gustaría ser capaz de proteger a su hijo de todo, pero a menudo se ve impotente. Y no sólo estamos hablando de accidentes o de percances que requieren hospit lización, sino también, en la vida cotidiana, de los cólicos del lactante, de los dolores de la dentición o de las picaduras de avispa...

• Si hay algo que caracterice a los niños pequeños ese algo es la imprevisibilidad. Por mucho que la madre se planifique el día, lo más seguro es que sus previsiones acaben patas arriba. Justo en el momento en que sale para encontrarse con una amiga, cuando va a colocar al bebé en el cochecito, se da cuenta de que tiene que cambiarle los pañales... Aunque usted sea muy organizada, su pequeño acabará desestabilizándole el horario. No es nada raro que, al llegar la noche, algunas madres, sintiéndose abatidas, lleguen a pensar que «no he hecho nada en todo el día».
• Todo trabajo merece recompensa... No obstante, parecería que eso no se aplica al trabajo de madre. Se la idealiza y honra como es debido el Día de la Madre, pero en su vida diaria recibe muy poco reconocimiento por parte de los demás; para la gente, no hace más que cumplir con su deber.
• A todo ello hay que añadir que una madre no tiene derecho a cometer errores. Ella misma se pone el listón muy alto, y se desespera al comprobar la diferencia existente entre el modelo de lo que querría ser y lo que vive cada día.

Y ahora esto otro. Da para pensar....

¿Quién se encarga de apoyar a las madres? En el plano psicológico, la mayoría de las veces están solas frente al niño. En ocasiones, pueden acudir a alguna institución de las que se d dican a acoger a las madres y a los bebés durante unas horas, pero por lo general cuentan con pocos lugares preparados para escucharlas. La inmensa mayoría de la gente prefiere creer que, para sentirse felices y colmadas, les basta con estar junto a sus adorados y encantadores hijos. No quieren oír que a veces les entran ganas de estrangularlos. ¿Y qué pasa con el marido?, pues que, cuando éste vuelve del trabajo, o bien ella no se atreve a pedirle nada por temor a que vuelva a salir pitando, o bien descarga sobre él tal avalancha de quejas, que el pobre hombre no sabe qué hacer con ellas.

PARA REIRSE UN POCO...



Un día, al caer la tarde, un hombre vuelve del trabajo. Sus hijos, todavía en pijama, juegan alegremente en el barro del jardín. Sobre el césped, alrededor de toda la casa, hay cartones vacíos de comida congelada y cajas de zumo. Entra en la casa y ahí la cosa está peor todavía. Los platos sucios están esparcidos por toda la cocina, la comida del perro está tirada por el suelo, hay un cristal roto y vidrios por todas partes.


Ya en el salón, ve juguetes, prendas de vestir, una mancha en la alfombra y una lámpara caída. Al hombre le da mucho miedo que a su mujer le haya pasado cualquier desgracia. Sube a toda prisa al segundo piso y allí, estupefacto, la encuentra todavía en pijama sentada en la cama leyendo tranquilamente. Ella lo mira sonriendo y le pregunta:


— ¿Cómo te ha ido el día?


—¡que..! ¿Qué ha pasado hoy aquí?


Ella sigue sonriendo...


— cada día, al volver a casa, tú me preguntas qué es lo que he estado haciendo durante todo el día, y cuando te respondo que me he ocupado de la casa y de los niños, me contestas: « eso es todo?» ¡Pues bien, hoy no he hecho nada en absoluto!



4 comentarios:

sanxtres dijo...

si que es duro, si. Sobre todo al principio: los días no tienen horas suficientes y dos manos te resultan pocas.
Aún sabiendo que los consejos a veces no son bien recibidos, y daría uno: hacer lo que te manda el instinto.
Con todos los cambios y sobresaltos, siempre merece la pena!!!

Yolanda dijo...

Gracias por el consejo. Exacto. Creo que hay que dejarse llevar y no agobiarse. Todas las madres siempre dicen lo mismo: QUE MERECE LA PENA. UN saludo

mamis de 2 dijo...

Tras leer todo lo que aportaste... me he sentido muy identificada con bastantes frases y situaciones, pero también te digo que en el momento que tu bebe te sonríe, te agarra, te besa, te llama mama... te das cuenta que TODO, absolutamente TODO, merece la pena :) mi consejo es ORGANIZACIÓN, PACIENCIA Y MUCHO MUCHO MUCHO AMOR en los momentos de agobio :) muchos besos:
Myriam Alegria

Yolanda dijo...

Muchas gracias por el comentario. Anima saber y confirmar de nuevo que a pesar de los pesares, de los esfuerzos, de los días malos... siempre sale el sol viendo a tus hijos crecer con alegría. Un saludo Yolanda