GRACIAS




Gracias a todas las personas que forman o han formado parte de mi vida. Cada una ha aportado su pequeño granito de arena. Y ahora todas esas influencias configuran la esencia de mi ser. Soy así por vosotros. Soy así y nadie me va a cambiar. Pero soy así y voy cambiando cada día, modelándome, ajustándome, adaptándome. Así es el vivir. No me arrepiento. Y si me caí..... me he levantado.
YOLANDA

viernes, 30 de septiembre de 2011

ME SINCERO: primera parte

Llorar y llora. Ha llegado la hora mala de Andrea. A partir de las 8 de la tarde esta casa es insoportable. Pero los dos la hacemos más soportable. Si... me refiero a mi marido y a mí. Gracias a su ayuda estos meses ya no se me hacen tan cuesta arriba. Gracias a su ayuda puedo tener este pequeño momento para ponerme delante del ordenador y poder dedicar unos minutos a la reflexión sobre mi vida.

Hace mucho tiempo que no escribo y tengo que decir que he pasado por momentos muy duros. No quiero llamarle depresión postparto porque es un GRAN ERROR. No son depresiones post parto ¡Nooooo!

Hace poco leía  Laura Gutman y decía:

Habría que evaluar antes que nada si la supuesta depresión puerperal es real, o si simplemente la madre está sola, no tiene apoyo suficiente, tiene pocos o malos acuerdos con las personas más cercanas, si es relativamente ignorante en experiencias de intimidad emocional y si lo que vive la supera porque no cuenta con recursos emocionales ni prácticos para confrontar con todo eso. Si ese fuera el caso, hay que operar donde corresponde: ver con qué cuenta, qué comprende de sí misma, dónde puede buscar apoyo, etc.

 Desde ya, si una madre se conforma con el diagnóstico difuso de “depresión posparto” es obvio, que el niño va a demandar (o como dicen ustedes, se va a convertir en un niño de alta demanda) porque la madre se ha convertido en una madre de bajo ofrecimiento. Todo depende de qué lado del cristal lo miremos.

Pus bien. Aún no me he convertido en una madre de bao ofrecimiendo pero si las cosas siguen así, a partir de las 8 de la tarde creo que lo seré. Mi niña demanda muuchiiisimos brazos... Y SE LOS DOY. Sí. Se los doy. No soy partidaria de dejar a Andrea llorando desconsoladamente. Quizás eso pensaba cuando estaba embarazada y mi marido también. Pero no sirve de nada dejarla llorar porque al final... VA A LLORAR IGUAL. y encima se ha metido en un agujero de llando, negro sombrío, donde solo hay cabida a movimientos de brazos agitados y rebeldes que son capaces de pegarte un pellizo de adulto en un pispas.

Jeje, si ... he probado a dejarla llorar pero no ha resultado. Mi bebé demanda brazos, demanda a mamá, y me hace descubrir mi sombra todos los santísimos días. Mi sombra que está ahí, que ha estado siempre... que yo misma he ido tapando sin darme cuenta con medicación de ansiolíticos y antidepresivos, con actividades varias, con estudios, cursos, oposiciones y demás actividades de superación que lo único que han hecho han sido tapar unas heridas que sagraban mucho pero ahora cicatrices resaltan color fosforito.

"Tomar consciencia". Eso dice mi Psicóloga a la que acudo desde hace un mes, cuando vi que no podía más y que debía hacer terapia. Y es que cuando eres hija de una madre que presenta un trastorno de la personalidad que te ha "maltratado" descubres que tienes UNA GRAN SOMBRA DETRÁS. Mi madre no me ha pegado ( o por lo menos eso no lo recuerdo) pero ha dejado una gran huella en mi interior, un huella que está TOTALMENTE VACÍA Y CARGADA DE ODIO.

Después de 31 años he descubierto que siendo bebé recien nacida y también después, mi madre todos los santísimos días, si se complicaban las cosas un poquito, por poco que fuera... me zarandeaba, me insultaba, me gritaba... y si devolvía lo que comía me daba biberones de forma compulsiva. Gritos, puertas que se cierran, que dan portazos, algo totalmente desagradable para un bebé.

Ahora entiendo mis ansiedades, mis miedos, mis inseguridades, mis cuestas arriba, mis palpitaciones en el corazón, ahora entiendo porque me siento tan y tan sola muchas veces. Mis necesidades básicas, las más básicas no fueron satisfechas. Un padre que tiró la toalla cuando tenía 5 meses porque no aguantaba esta situación y que fue timado por los mejores abogados  que consiguieron que me pudiera ver tan solo los fines de semana.

Y yo me pregunto... ¿por qué yo? Y en la soledad de la noche, mientras mi GRAN ALEGRIA DE VIVIR está cogiendo el sueño me despido de un día duro pero bueno, porque estoy viva y siento. Y siento lo malo pero también lo bueno.

Si mi hija leyera esto alguna vez tan solo quiero que sepa que cuento lo duro que es la maternidad en mi caso pero que a pesar de los pesares... es la experiencia más bonita que he vivido en la vida y que la volvería a repetir siempre.