Y ASÍ FUE

Y ASÍ FUE como un día cualquiera se convierte en especial en tan solo 3 minutos.

Fue un día raro, especial, diferente... Después de un verano aprovechado al máximo (Ibiza, Formentera, La Rioja, Navarra, San Sebastián, Segovia, playa ...) llegaba la noticia. Salí del trabajo y me fui a las 2 de la tarde a la farmacia. Allí lo compré y no se por qué, supe que no tendría que comprar más. Llegada a casa me dispuse a hacerme la prueba. Estaba algo nerviosa porque yo presentía algo. Y así fue, lo dejé trajinando él solo, aunque antes de irme a hacer mis cosas, de refilón vi algo raro. Así que después de 3 minutos me dirigí hacia allí.

Me siento orgullosa de ser la primera persona en el mundo de saber que mi hija venia de camino, que se estaba creando una nueva vida en mi interior. Cuando ví las dos rayas rojas dije ¡¡No puede ser!! ¡¡Madre mía!! ¡¡No me lo puedo creer!! Pensé en llamar a alguien y contárselo, entre muchas personas, pensé en mi tía, pero algo me dijo que esos primeros momentos eran solo míos y que debía de disfrutarlos yo sola.

Así fue. Bajé a la piscina para quitarme el sofocón. Me sumergí en el agua, que era de agradecer por el calor que hacía. Nadé con la mente apartada en un mundo diferente y único, un mundo que es dificil de describir. Un mundo único, solo mío. Enseguida salí del agua para descansar mi espalda sobre la pared. Y apoyada en esa pared, sin apenas gente en la piscina, mi mente empezó a viajar. No se pueden explicar esos primeros instantes en los que sabes que llevas algo en tu interior. Es que no te lo crees. Pero claro ahora ya es diferente... han pasado ya 8 meses. Después de pensar y pensar, con el sol volviendo a calentar, miré hacia mi barriga y acerqué mis manos a ella. Miré hacia arriba y dije... MI VIDA VA A CAMBIAR.

Y es que la vida te cambia. Ahora aún sigo embarazada pero he hecho cambios en mi vida que ni yo misma creia que fuera capaz.

Subí para comer algo y después intenté dormir la siesta. El sueño me costó conciliarlo. Y después de dar vueltas y vueltas en el sofá sin poder relajarme, llamé a Fran. Le dije que por favor viniera a casa antes de irse al trabajo, que no me encontraba muy bien. Cuando llegó, yo estaba muy nerviosa. Le habia dejado el predictor en el cuarto de baño pero él no pasó allí, así que me dirigí a la habitación donde estaba y le dije que ya no éramos 3 (con el perro) sino 4. Él contestó -¿Cómo dices......?. Y entonces se lo dije. La garganta se le secó y fue corriendo a beber agua. Así nos sentamos los dos en el sofá a hablar. Fueron pocas palabras porque creo que a él le pasó lo que a mi hacia 4 horas. Ese silencio que se necesita para recapacitar, par pensar, para aceptar que tienes a tu cargo una gran responsabilidad.

Ese fin de semana lo pasé en casa de una amiga porque era su despedida de soltera. Sin ganas de fiesta y con mucho sueño la verdad. Ahora lo entendía todo. Estaba más sensible y con mucho sueño, muchas ganas de dormir. Pero lo único que tenia ganas era de estar con Fran, que también estaba en la despedida de su amigo. Fue un fin de semana duro, sobre todo porque estabamos separados con una noticia por medio muy importante y que a nadie habiamos contado. Tan solo a unas compañeras de trabajo al día siguiente que se alegraron un montón.

Así fue como pasé el primer día de la noticia, una noticia QUE TE CAMBIA LA VIDA, LA VISIÓN DEL MUNDO, LA FORMA DE PENSAR, DE ACTUAR.... DE VIVIR.