DESORIENTADA

Parece que siempre cuento cosas negativas pero es que el blog es la única forma que tengo de poder desahogarme tal y como yo quiero. 

Veo los blogs de otras madres y cuentan cosas maravillosas (bueno a veces cuentan también sus penas) de sus hijos, los logros que han hecho. Y entonces me planteo si soy yo el problema. Solo veo lo negativo de las cosas. Pero no es así, porque he tenido días buenos en los que me he sentido muy feliz y se reconocerlo.

A la familia siempre que le cuentas tus penas consideran que son algo normal y me dicen que tengo que tener paciencia. Están contigo un ratico y te dicen que la niña es muy buena ¿Quién ha dicho que no lo sea? Pero para conocer a un niño de verdad no basta con estar una tarde o un día incluso. Porque Andrea tiene días buenos y malos. Y cuando llegan los malos normalmente suelo estar sola ¡¡Qué casualidad!!

Cuando nació Andrea mucha gente me decía que no me preocupara, que pasaria unos días malos. Y la verdad es que el primer mes fue el peor... ahora no me puedo quejar. Incluso había gente que me decía que estaba a mi entera disposición, que me ayudaría. Pero te vas dando cuenta de que esa ayuda que la gente vocalmente te prestaba era toda una ilusión ¿Dónde está esa ayuda?

No quiero decir con ello que estén todos los días en mi casa pero a veces, estar 8 o 9 horas seguidas sola me pone los pelos de punta. Sobre todo si me pilla un día malo con Andrea.

Y entiendo que el hecho de tener un hijo no tiene porqué trastocar la vida de nadie, tan solo la mía, que para eso yo decidí tenerlo, con todas sus responsablidades.  

Reconozco que yo tampoco llamo, pero a veces ¿¿para qué llamar?? Sé las obligaciones de cada uno, sé que están ocupados, trabajando y cuando no están trabajando, en la mayoria de las ocasiones yo no necesito su ayuda. Entonces, cuando mi marido está en casa se llena la casa de gente y.... ¡¡Qué buena es Andrea!! ¿Pero de qué te quejas?

Y es que da la casualidad de que cuando hay gente de sobra en casa Andrea suele portarse muy bien, está tranquila, duerme mucho, mama bien, se ríe, gorjea... ¡¡QUÉ NIÑA MÁS MONA!! A veces he llegado a pensar que nota mi miedo y es por ello que al notarme insegura ella también se siente así. Pero otras veces me he quedado sola y se ha portado muy bien , ási que esta teoría no me vale.

Agradezco la ayuda de mi hermano Mario, que no tiene ni idea de niños pero viene a ayudarme en los momentos más malos. Gracias.

 Y también agradezco la ayuda que tuve al principio, nada más nacer Andrea. Pero ojalá esa ayuda hubiera continuado a más tiempo. Al venirme a la playa me he aislado más.

Así que llevo un tiempo que me levanto por las mañanas con un gran motivo para seguir hacia delante y para continuar con alegría. Pero desde que parí o antes hay algo en m interior que es diferente. Me siento totalmente distinta, hasta la casa la veo distinta, con falta de energía, como desorientada, Mi vida es como una montaña rusa ahora. Unos días son geniales, cargados de alegría y es aqui cuando me acuerdo de los malos y me echo las manos a la cabeza pensando: 

" Dios mío como he podido estar tan amargada si tengo un gran motivo para vivir".

Me planteo muchas cosas últimamente. Me estoy acordando mucho de mi infancia, de mi adolescencia. He hecho repaso a muchos momentos de mi vida, sin descuidar detalles que ya ni me acordaba. Sueño cosas raras. Anoche por ejemplo soñé que me hacian una cesárea y les decía que como podía ser cuando la niña iba bien colocada y estaba dilantando sin problemas. Pedía una hoja donde me pusieran por escrito el motivo por el que me hacían la cesárea. Mi marido estaba detras de una puerta y le gritaba: 

 - Fran ¡Ayúdame!

Pero él me miraba con una cara como si no pudiera hacer nada. Y cada vez me ponían más anestesia y más y más... hasta quedarme totolmente drogada. Finalmente me entregaban a la niña después de haber pasado muchas horas y yo le decía cosas pero no era nada receptiva conmigo y sí con las demás personas.

¡QUÉ SUEÑOS! No entiendo estos sueños ni mis propios sentimientos y emociones últimas. Solo pido ver el camino pronto porque ahora veo como senderos llenos de matorrales. Unos días sigo unos, otros días otros. Pero algo me dice que ninguno es el correcto y que nadie en mi lugar sabría cuál coger. Vas cogiendo el que más te conviene en función del momento. Espero que al final del camino haya algo que me lleve a pensar: LO ESTOY HACIENDO BIEN.

Lo único que sé es que yo LO ESTOY HACIENDO LO MEJOR QUE PUEDO ( a pesar de mis sentimientos).