POR FIN LA ENTRADA ESPERADA: mi parto

Tengo que decir que duró más de lo que yo esperaba. El día 2 de Mayo, a las 00:00 de la madrugada, cuando me acosté empecé a sentir contracciones que dolian un poco. Viendo la tele pensé, uhhhhh esto de que me duela quiere decir que se acerca el momento pero no me asusté. Apagué la tele. Fran ya estaba roncando y no lo avisé en toda la noche. Los dolores iban y venian y algo me decía que el proceso de parto se estaba acercando.

Así amaneció el día 3 de Mayo, el día que cumplía. Tenía que acudir a hacerme unos monitores en el hospital. Cuando llegué estaba algo nerviosa pues presentía que las matronas verían esas contracciones que no me habían dejado dormir la noche anterior. Me colocaron en una cama. Allí que yo me saqué de mi bolso unos auriculares (las matronas se me quedaron mirando con cara de asombro). Llevaba música relajante de yoga que me había preparado precisamente para estos momentos. Quería conectar con mi niña y que el momento fuera especial.

Y comencé a respirar, y a respirar, a imaginarme una playa desierta, sin nadie, tan solo estaba yo embarazada, andando por la orilla del mar, sintiendo el aire rozando mi cara y respirando. De vez en cuando abría los ojos y me situaba:

Yo pensaba - Vale, estoy en el hospital, creo que mi niña quiere salir.

Miraba a mi barriga y ésta se movía. Me ofrecieron un zumo pues parecía que la niña estaba en periodo de sueño. Enseguida empezó a moverse con más intensidad. Una enfermera iba quitando los monitores a las demás mujeres, donde muchas ya estaban más que cumplidas. Se acercó una enfermera a mi monitor y llamó a otra. En lo bajini una le dijo a la otra:

- Vamos a dejarla, porque aqui hay dinámica.

Yo giré la cabeza para escuchar estas palabras y cuando escuché eso volví a girar la cabeza y respiré profundamente. Viene una contracción y me duele. Me tenso un poco en la camilla y la embarazada de enfrente me mira y se percata de mi cara algo cansada y de un poco de dolor.

Pasaron 15 minutos más y la matrona vino ahcia los monitores.

- Vale, tienes contracciones y muchas. Te voy a quitar esto y te vas a pasar para que te explore... porque esto tiene pinta....

Así que pasé a una sala pequeñita. La matrona era muy joven. Me pregunta:

- ¿te han explorado alguna vez?

yo - ¿Cuando? ¿Durante el embarazo?

matrona - Sí.

Yo - No, no me han explorado... mmm.... estoy algo nerviosa

matrona - Ya, ya lo sé. NO te preocupes.

Me subo a la camilla, abro mis piernas y ella mete sus dedos en mi vagina hasta el fondo.

Matrona - Vaya, efectivamente... tienes el cuello borrado y estás de 1 cm de dilatación. Empieza el proceso de parto.

(Saca los dedos y dice):

Matrona - Y además, mira, estás expulsando el tapón mucoso.

Yo - (me pongo a llorar y a temblar).

Matrona - ¿Pero qué te pasa? ¿Por qué lloras?

Yo - Ayyy, lo siento... es que soy muy nerviosa, los hospitales no me gustan nada... le tengo mucha fobia a las agujas las intervenciones... (le cuento un poco mi historia).

La matrona, muy simpática habla conmigo para tranquilizarme. Me dice:

-Mira, tienes dos opciones. O bien quedarte o bien irte a tu casa, pegarte una ducha, prepararte las cosas y volver. Te recomiendo la segunda opción porque el proceso será lento.

- Si, eso voy a hacer... irme a casa.

La cara después de aquella exploración  me cambió. Ya no había marcha atrás. Después de esperar 9 meses, Andrea llegaba muy puntual, el mismo día que cumplía.

Busqué corriendo a mi marido y le conté lo que me había dicho la matrona. Él se quedó también sorprendido.

Volví´entonces a casa y entretando me llama mi padre. Le informé algo nerviosa.

Llegué a casa e intenté relajarme. Fui completando la bolsa del hospital entre contracción y contracción. Me duché y mientras me secaba el pelo no me podía creer que el momento hubiera llegado.

Comimos tranquilamente un puré de patatas, pues tampoco teniamos mucha hambre. Mi marido también tenia el estómago algo revuelto. Lo notaba algo nervioso.

Llegó la tarde y con ellas las preocupaciones de cuando acudir al hospital, pues no quería acudir muy rápido para evitar ponerme muy nerviosa.

Llegaron las 20:30 de la tarde y llamé a una matrona particular con la que hicimos unos cursos privados de educación maternal. Le expliqué lo qu eme dijeron por la mañana. me dijo:

- Precisamente estoy de guardia en el hospital. Vente que te ponga los monitores, te exploro y si estás avanzada te quedas, sino... te vas a tu casa de nuevo.

Me pusieron los monitores en el hospital. Lo que me gustó es que estaba todo muy tranquilo. Me volví a acostar en una cama y volví a ponerme la música de por la mañana mientras Fran escuchaba el partido de Madrid Barca por la radio. ¡Si, vaya, la niña no dió tregua ni perdonó el partido!.

Mientras, iban llegando contracciones más fuertes en las que iba cerrando los ojos a punto de emitir algún sonido para descargar el dolor. Después me exploró mi matrona y estaba de 2,5 cm casí de 3 dilatada. Me dijo que tenía que ingresar pues posiblemente pariera esa noche. Pero así no fue.

La cosa fue más lenta. También me dijo que andara por la planta pues vendría mejor para la dilatación. Pero tampoco fue así, pues llevaba una noche sin dormir (la noche anterior) y estaba algo cansada.

Así que subimos a la habitación. ¡Qué curioso! ¡Nunca olvidaré como era esa habitación! Fran se puso el pijama de hospital (pues él es enfermero y dijo enseguida que era de la casa para asegurarnos que en la habitación estuviéramos solos). Y así fue. No nos metieron a nadie en esa habitación... ¡Y MENOS MAL! pues me tiré toda la noche emitiendo unos sonidos de dolor que no podría reprimir.

- ¡pues posiblemente parirás esta noche!

JA, JA, JA. Esa fue una frase inoportuna o a la que no me tenia que hacer aferrado tanto.

- Cuando te encuentres muy molesta llamas a la matrona.

Me tiré con dolores hasta las 6 de la mañana. Parecía como una pesadilla, en la que me quedaba dormida y me despertaba cosntantemente. Cuando dormía... ESO no era dormir, era entornar los ojos y no pensar.

Fran, cuando me escuchaba, me ponía una mano en la espalda y me acariciaba como podía. Sentía su apoyo como algo especial en ese momento. NO lo puedo explicar con palabras. Sabía que estaba ahí pero que el dolor lo tenia que sufirir yo, únicamente yo.

Llegaron las 6 de la mañana y ya me encontraba muy molesta. Le dije a Fran que llamaramos a la matrona.

Apareció y me preguntó si era la chica que conocía a Choni (mi matrona de los cursos). Le dije que sí. Me dijo:

- Sí, ya me ha contado que llegaste anoche. Vamos a ver como vas.

Matrona 2- Pues resulta que estás de los mismos centímetros que cuando llegaste anoche. Siento desanimarte pero a veces las primerizas no entendéis que los PÓDROMOS son lentos y que el proceso necesita su tiempo. NO te veo para bajarte a paritorio. Aguanta.

ENTONCES ME DERRUMBÉ. Empecé a llorar. ¿Cómo podía ser que toda la noche había estado con dolores y no había avanzado nada????

Me acosté derrumbada en la cama pensando que podía estar así todo el rato incluso al día siguiente. Intenté descansar, pues las contracciones eran cada vez más duras y no sabía si iba a tener fuerzas para parir. Ya no sabía a donde engancharme en la cama cuando venia una. Si a los hierros de la cama moderna del nuevo hopital o la silla que tenia enfrente, o decirle a Fran que me diera la mano, o a la lámpara que había en el techo... en fin....

LLegó la mañana y yo seguía con dolores. De repente llaman a la puerta y aparece una cara concida: MI PADRE. ¿Qué hacía allí? ¿Si le había dicho que no viniera?

Pero mi padre sabía yo que tenia que aparecer para verme... él quería verme... quería acompañarme,,,, quería hacer algo. Se acercó a la cama. Yo no podía ni hablar. Me cogió la mano y me dió un beso. Esto me emocíonó. Tengo que contar brevemente que mis padres están divorciados. Mi madre tiene una enfermedad mental y está ingresada en un centro. Ella nunca ha podido ejercer ese papel de madre tan necesitado por todo el mundo en muchiiisimos momentos. Mi padre ha sido y es un pilar fundamental en mi vida. Ha hecho lo que ha podido en educarnos a mi hermano y a mí. Se ha dejado la piel en muchas ocasiones, afrontando al mismo tiempo la asquerosa enfermedad de mi madre, que nos dejó a todos marcados.. pero de ello ya hablaré en otro momento.

Así que mi padre me besó y me dijo:

- No te preocupes, esto se pasará. Tranquila.

Yo no pude remediar el llorar, pero tampoco me podía permitir gastar las pocas fuerzas que me quedaban. Así que solté unas pocas lágrimas y enseguida a centrarme en relajarme. Mi padre se fue.

Lo que siguió fue de risa. Resulta que de repente se abrió al puerta de la habitación y aparecieron un montón de ginecólogos/as y entraron. Estaban pasando consulta pero tonta de mí yo eso no lo interpreté así.

De repente ví a PALOMA ORTEGA, mi ginecóloga privada y como estaba tan mal de la cabeza por los dolores, pensé:

- Anda! ¡Mira! Se ha enterado de que estaba ingresada y ha venido a visitarme, a ver como estoy. jajaja.

Entonces le dije:

- Paloma.... (como con voz desesperada).

Ella no me ubicó. Me miró a mi cara desesperada, agotada y entonces preguntó a los otros ginecólogos o enfermeros... ¿Qué caso es el de esta chica? ¿Es una amenaza de aborto?

Yo no entendía bien la situación. Entonces le dijeron que era un caso normal, que había ingresado la noche anterior con 2 y medio de dilatación. Entonces vió mi nombre.... YOLANDA GARCÍA y dijo:

-Yolanda, ahhh (se ve que pensó, ha sido mi paciente en mi clínica privada). 

De hecho estuve la semana anterior en consulta.

Y entonces dijo:

- A ver.... UNOS GUANTES ...

Me introdujo los dedos con poca delicadeza y dijo:

- Efectivamente... esta chica está de 4 y medio casi de 5 cm... ¿Cómo no la han bajado ya a paritorio.....? ¡Vamos! Esta chica se baja a paritorio ya y que le pongan la epidural ¿Porque te la vas a poner no Yolanda??

Yo - Claro, claro.

Paloma, mi ginecóloga privada fue mi salvación. Si no hubiera sido por ella, habría estado sufriendo unas cuantas horas más en planta. En cuanto se fue, mi marido me dijo:

- Se acabó Yolanda. NO vas  a surfir más. nos vamos ya a paritorio.

Entonces empecé a temblar... pensé... ahora sí que ha llegado el momento. Me bajaron en la misma cama en la que me encontraba. Fui mirando por los pasillos a todo el mundo que andaba por allí. Llegué a paritorio y una auxiliar me preguntó al verme la cara:

- ¿Qué te pasa?

Yo - Que estoy muy nerviosa.

Auxiliar - Pero no te preocupes, que has esperado 9 meses para este momento. Debes estar feliz.

Me pasaron a una sala que fue el lugar donde parí. Me pasaron a otra cama. Entonces llegó una matrona y se presentó.

- Hola, soy Ana y soy residente de matrona. Yo voy a llevar  tu parto junto al matrón Antonio.¿Estas de acuerdo?

- Sí, si.

- ¿Qué te pasa?

- Que estoy muy nerviosa.

- No tepreocupes. Todo va a ir bien.

Al principio no conecté muy bien con esta matrona. Me vió la cara de agobiiada que tenía y se ve que pensó que a lo mejor le iba a complicar las cosas.

Al rato vino y me dijo.

- Es mejor que te bajes de la cama para que la cabeza de tu bebé se vaya encajando bien y puedas ayudarle en la oxigenación... etc, etc.

Me levanté de la cama. Me puse de pié como pude, entre contracción y contracción fui al aseo para hacer pipí.  Sangraba mucho.

Las contracciones eran ya muy duras. Me enganchaba a mi marido de pie frente a él y me quejaba durante el rato que duraba la contracción. Nunca pensé que fuera a emitir tantos sonidos para contrarestar el dolor, el cuál no cesaba.

La matrona residente me hizo unas cuantas preguntas para anotarlas en un papel:

-¿eres alérgica a algo?

- No.

- ¿Has perdido alguna vez el conocimiento?

- Si claro,

(Me mira con cara de asombro) - ¿Cuándo?

- Puff... muchas veces, de hecho eso te quería comentar, que le tengo fobia a las agujas, estoy en tratamiento psicológico. Me deesmayo cada vez que me sacan sangre, en el dentista cuando me ponenn anestesia, cuando me poonen una inyección... etc.

- ¿Cómo? ¿Pero porque eres alérgica a algo?

- No, ya te he dicho que es un reflejo vasovagal de esos, pero todo psicológico.

Y se queda como con cara de dedir "Es la primera vez que escucho esto".

Fui dilantanto hasta los 5 o 6 cm. Pedía la epidural a pesar del miedo que le tenía (el dolor era fuerte ya).

Y por fin llegó el momento. EL PINCHAZO DE LA EPIDURAL. Ese momento al que yo tanto temía.

Entró en la habitación un hombre de barba, joven y con malas pulgas. Me pregunta:

- ¿Y que te pasa a ti con los dentistas.....?

- Ya le he dicho a tu compañera que pierdo el conocimiento.

- Pues vaya....

Eso dije yo. Pues vaya malas pulgas que tiene el anestesista que me va a pinchar cuando lo que yo necesitaba eran ánimos y que me trataran con cariño.

Ana empezó a prepararme. Empezó a hablarme y darme instrucciones.

- Debes colocarte  con la espalda curvada, sentada. Si te viene una contraccion debes avisar. ÉL va a empezar a tocarte para saber donde te tiene que pinchar.

Lo más gracioso fue lo qu eme dijo a continuación. Aqui se demuestra el poco tacto que tienen a veces los sanitarios ( e incluyo a mi marido que es enfermero) con la gente como yo que lo único que sabe hacer es complicarles el trabajo. Me dijo la matrona residente:

- Ahhh... y no te puedes MAREAR.

Yo no pude aguantar más.

- Noooo me digas esoooo. Mira, te voy a decir algo. Llevo 9 meses llendo a una psicóloga para afrontar este momento del pinchazo de epidural. Y la Psicóloga siempre me ha dicho que uno de los problemas que tengo es el agobio y la lucha que yo ejerzo sobre mí misma para NO DESMAYARME. Ella me dijo que me tengo que permitir el lujo de desmayarme... QUE NO PASA NADA. Así me libera de la tensión y lo unico que me faltaba era que vienieras tú y echaras por tierra toda la terapia.

La tia se quedó perpleja. Me dijo que vale, que no pasaba nada, que lo avisara.

Empecé a respirar tal y como mi psicóloga me había explicado. El hombre empezó a tocarme la espalda y noté un spray muy frío. Y así vino el pinchazo. No se como lo hice pero aguanté. No noté dolor. No duele. El hombre me dice:

- Ahora vas a notar una especie de calambre. No te muevas.

Joder, no me mueva. Me estaba dando un calambre pequeño en la columna joder. Me dió como un repelús. Como cuando te hacen cosquillas. Y entonces me dijo:

- Nooo, no te muevas.

Me estaba portando super bien. Nadie puede decir lo contrario. no compliqué las cosas.. ¡Claro! En ese momento.

Ana me dijo después:

- Ves... lo has hecho muy bien. Dile a tu psicóloga que me diga donde tiene la consulta porque he hecho una buena terapia contigo.

Pero no os relajéissss... noooo... las cosas se complicaron.

Yo estaba muy contenta. Me dijeron:

- Ahora túmbate en la camilla boca arriba. El efecto empezará de aquí a 10 minutos.

Y De repente, cuando todo el mundo se había largado de la habitación y solo estaba con m marido le digo:

- Fran, me estoy mareando.

Y me dijo:

- Respira, respira, acuérdate Yolanda, respira.

Pero no pudo conmigo. Enseguida llamó a la matrona:

- Oye, que esta se nos va...

Empezaron  a sonar pitidos en el monitor. La tensión me había bajado a 7 - 4

Yo notaba como una sensación de droga, de adormilada... y me dí cuenta de que NO ERA MI DESMAYO habitual, era el efecto de la anestesia, que a mí me afectó así.

La matrona me pusó en la nariz un algodón con alcohol que no logró espabilarme. Me decía algo como:

- A ver Yolanda, ¿Le vas a poner los pendientes a Andrea?

Yo no contestaba y le quitaba el algodón de la cara.

Entonces llamó a otros anestesistas. Empezarón a entrar por la puerta personas que no conocía. me pusieron de lado y me empezaron a meter por la vía cosas... y vengan inyecciones. Y yo, entre lo drogada que estaba les decía:

(con voz de borracha porque no podía articular mucho) - Por favor... NO ME PONGAIS MÁS NÁ, POR FAVOR.

Jejeje, es para reirse pero en ese momento...

- Los anestesistas me dijeron - ¡TE PONDREMOS LO QUE TENGAMOS QUE PONERTE Y PUNTO!

Vamos, de manera super educada y agradable.

Pasó el mal rato. Me empecé a encontrar bien. Y entonces.... comencé a ser yo de nuevo. BENDITA EPIDURAL.

Me levantaron la camilla para que la cabeza del bebé fuera bajando. Y así pasé 6 horas aproximadamente hasta que llegó el momento del expulsivo. De vez en cuando me dormía sentada en la camilla.

A las 7 de la tarde llegó el momento. Empecé a notar mucha presión y como ganas de hacer caca. Entonces avisamos y comenzó el expulsivo.

Grité, grité, empujé, y empujé. En muy poco tiempo Andrea estaría en el mundo. La matrona dijo que se le veía la cabeza y el pelillo. Fran lo corroboró. Entonces cuando estaba ya casi fuera me preguntaron (porque yo no me acuerdo):

- Yolanda... ¿Quieres sacártela tu?

Y me dijo Fran que yo dije (no me acuerdo) - ¡POR SUPUESTO!

Pero entonces la ví abajo, le vía la cabeza y no se que me pasó, me quedé bloqueada. Enseguida me ayudaron y me la puse encima mía. Empezó a llorar y a llorar. Pero en cuanto le dije un par de palabras bonitas y cariñosas como:

- ¡QUÉ BONICA! ¡ERES PRECIOSA! ¡guapa! Venga no te preocupes...etc, etc.

Entonces se calmó. Y miró al padre. Yo no podía verle la cara pero me dió igual, la tenía conmigo, sana y salva y le daba mi calor.

Es una sensación impresionante. No se puede explicar con palabras. Tenia ganas de llorar y de reir al mismo tiempo. En fin... toda la que haya sido madre me entenderá.

Mi chiquitina se cagó entonces encima mía, pero me dió igual. Fue su primer meconio.

Al cabo de unos minutos la ratoncica fue reptando hacia mi pecho ella solita para cogerse al pecho. Muy inteligente.

Y COLORIN COLORADO, ESTA HISTORIA SE HA ACABADO.

y así.... os presento a ANDREA, la niña DE MI VIDA. ¿A QUÉ ES PRECIOSA?

 te quiero mi vida.