GRACIAS




Gracias a todas las personas que forman o han formado parte de mi vida. Cada una ha aportado su pequeño granito de arena. Y ahora todas esas influencias configuran la esencia de mi ser. Soy así por vosotros. Soy así y nadie me va a cambiar. Pero soy así y voy cambiando cada día, modelándome, ajustándome, adaptándome. Así es el vivir. No me arrepiento. Y si me caí..... me he levantado.
YOLANDA

sábado, 8 de octubre de 2011

El poder del discurso materno

Estaba leyendo la importancia del discurso materno para los niños. El discurso materno que puede también ser el discurso paterno, de la abuela, del a tía etc...

Los niños son esponjas y todo lo que se les dice en la infancia marcará la formación de su identidad, con sus luces y sombras. No se trata de alegrarles los oidos.

Dice la autora que todos tenemos vivencias y recuerdos del pasado, pero, sobre todo, tenemos a alguien, alguna figura importante, que nos ha contado la historia oficial sobre cómo son las cosas.

Hay alguien influyente en nuestra infancia que HA NOMBRADO LAS COSAS y ha nombrado lo que somos, incluso antes de nacer: una mujer embarazada por segunda vez dice:

- Puff, este embarazo lo estoy llevando fatal, mi niño es muy movido.

Cuando nace el niño, PUMBA: Le encasquetamos el papel de nervioso, movido...

Así, el niño va creciendo pensando y creyendo en el papel que le asignó su madre (u otra persona influyente cuidadora).

Es como una obra de teatro donde existe un baúl y dentro hay diferentes trajes: uno es el de princesa, otro el de ogro, otro el de bruja mala, otro el de caperucita, otro el de hada madrina, etc. Así, cada miembro o hijo de la familia llega, abre el baúl y va cogiendo su traje para desempeñarlo a lo largo de su vida. ¿Y quién asigna los trajes? Mamá evidentemente.

Según la autora,  llegamos a mayores todavía desempeñando el traje que nos pusieron en la infancia. Hay personas que lo utilizan siempre, otras que lo utilizan algunas veces o en determinadas circunstancias. Hay personas que no les gusta el traje que les tocó pero se aguantan y siguen utilizándolo de mayores porque ha sido de la única forma que han sabido actuar en la vida. POr ejemplo, el cazador valiente, llega un momento que dice "Yo no quiero ir siempre por la vida salvando y recibiendo disparos" pero claro tampoco quiere desprenderse del traje porque tampoco quiere ser herido. Por eso, a veces no queremos destaparnos, desprendernos de aquello que "nosotros creemos que somos" pero que no somos porque nunca hemos intentado realizar un proceso de CONOCERNOS verdaderamente a sí mismos.

Otras veces damos "de comer" al personaje. Un ejemplo. Imagina que te tocó el traje de caperucita roja y que se queja de su madre prehistórica que la trata como si fuera una niña. Dirá que su madre es una mujer controladora y asfixiante, que no se da cuenta de que ella ya sabe arreglárselas por sí sola. El problema es que caperucita roja va por la vida con su capa pensándo que es verdaderamente caperucita y hasta le saca brillo a la capa para ser "la mejor caperucita del mundo entero". Y es que queremos agradar a nuestra madre cuando somos pequeños, porque era la única forma de que nos hiciera caso, de llamar su atención.. porque la vida de los adultos a veces es demasiado complicada y los niños nunca la comprendemos.

Y yo digo que existen muchos trajes en esta vida... que estoy totalmente de acuerdo con la autora. En nuestro subconsciente llevamos un sin fin de connotaciones y huellas familiares (positivas y negativas) que han marcado nuestra forma de caminar por la vida. Hay trajes como el de valiente, "que puede con todo", el de víctima que nada le sale bien en la vida, el de solitario, que se arrincona en cualquier ambiente ya sea trabajo, discoteca, cafeteria, el de chistoso, que sabe sacar carcajadas constantes a la gente...

Lo importante creo yo, es conocer ese rol que asimilamos sin darnos cuenta. Yo misma analizo mi rol y me doy cuenta que muchas piezas de mi puzzle encajan. Hay cosas que me han servido para andar por la vida, para desenvolverme y salir en pie de ciertas situaciones. Lo que quiero decir es que ese traje me ha servido de mecanismo de supervivencia en muchas ocasiones. El problema es que ese traje no soy yo, mi verdadero "yo" quedó en un lugar perdido, anulado... en mi infancia. No quiero decir con esto que sea una falsa, pues el traje que llevo puesto en parte si que pertenece a mi forma de ser, porque yo soy yo con mi pasado. El tema es que hay cosas de mi identidad que no son buenas, que mi madre o mi padre o mi abuela nombraron en su momento y que han conformado mi forma de ser, pero que no son la esencia de mi ser. Y a todos nos ha pasado algo parecido seguro y quien diga lo contrario ya veriamos, habria que analizarlo.

Lo importante es "tomar conciencia" de que quieres cambiar. De que esa parte sombria no te gusta y buscas mecanismos para intentar desprenderte de ello. Pero surge el otro problema. El de que no se puede cambiar esa parte de un dia para otro. Si han pasado 30 años poniéndonos y vistiéndonos en ese traje, hacen falta otros 30 más para poder sanarlo y buscar esa libertad de ser tú misma, de que nadie se involucre en su espacio y de que si lo hacen puedas defender tus ideas sin salir herida.

Posdata: ¡Cuidado con aquello que nombramos a los ojos de nuestros hijos!
Otra posdata: Lo interesante es que los padres siempre estemos en estado de reflexión, de cuestionarnos lo que hacemos, dejando la soberbia e intentando mejorar.

4 comentarios:

Laura dijo...

hola,yo creo que todos nos ponemos una coraza,para intentar no sufrir pero al final nuestro yo y los sentimientos salen,gusten más o menos,besitos

Yolanda dijo...

La diferencia es que la coraza no nos la ponemos nosotros. Es más bien un mecanismo que utilizamos desde bien pequeños para sobrevivir y defendernos. Y somos nosotros los que lo sacamos´. Y ese mecanismo no lo creamos del vacío sino desde nuestra familia, y principalmente nuestra madre o padre /cuidadores que son los seres más influyentes en los primeros años de vida).
Siempre hay alguien de nuestra familia que ha nombrado las cosas según su propio cristal. Lo interesante es que lo que HA SIDO NOMBRADO pasa a formar parte de nuestra identidad.

Yo y mis mini yos dijo...

no sé, yo es algo que me he planteado muchas veces, que es mas influyente, quienes somos, o nuestro entorno? es decir, una persona es igual (de caracter, etc) sea criada por quien sea criada o en el ambiente que sea? Y que conste que por supuesto habra grandes diferencias en lo que hagamos en la vida, como reaccionemos ante determinadas situaciones, pero pienso que uno es uno y que si lo analizas bien, serias la misma persona aunque tu madre te hubiera puesto otro cartelito... Porque no es tanto el cartelito, sino como lo vives tu, porque hay cartelitos que los superamos y nos rebelamos, y otros que se quedan... No se, que seguro que me equivoco, es un tema que me gusta bastante! Besos!

Annie74 dijo...

creo que si tenemos que tener mucho cuidado con todo lo que hacemos y decimos delante de ellos, como bien dices son esponjas,y absorven todo.. Muchas veces no somos conscientes.